Interiorismo emocional o cómo la decoración de un espacio puede ser terapéutica
DISEÑO DEL BIENESTAR
La diseñadora Susanna Cots utiliza la luz, el color, la distribución y el olor para hacer más feliz la vida en casa o en el trabajo.
“Pienso que me he dedicado al interiorismo por vocación, pero una fobia me ha ayudado a avanzar en el estudio de mi trabajo”. La diseñadora de interiores Susanna Cots (43) padece fotofobia y para ella modular la luz en un espacio es fundamental. Como lo son los colores (sobre todo, el blanco), los elementos naturales, la distribución del espacio y de los objetos que hay en él… y el olor. Sí, el olor, porque una clínica no tiene por qué oler a clínica y para evitarlo trabaja también con perfumistas. Cots se refiere a este conjunto de aspectos como los “elementos invisibles” del interiorismo que inciden en el estado de ánimo. “El interiorismo emocional, bien trabajado, se puede convertir en un interiorismo terapéutico, que nos haga sentir mejor y nos aporte calma y serenidad”, declara.
La avalan veinte años de trabajo, más de 300 proyectos, la mitad de ellos internacionales, en espacios públicos y privados, y los premios de prestigio recibidos. La entrevista para Magazine Lifestyle es telefónica y su discurso es un torrente. Dice de sí misma que es “energética y muy espiritual” y lo atestiguan la velocidad con la que habla y el contenido de lo que expresa. Se nota que ha reflexionado sobre su trabajo, aunque no le gusta etiquetarlo y sí convertirlo en resultados tangibles. Nacida en Solsona (Lleida), cuelga la vocal “e” como fruta madura al final de todas las palabras que puede mientras habla en catalán.